miércoles, 9 de octubre de 2019

Citoplasma, citoesqueleto y movimiento celular

Hola de nuevo, en esta entrada hablaremos de todo aquello que tiene que ver con el movimiento de la célula. Las células, para mantener el equilibrio y funcionalidad propios, así como los de los tejidos y órganos que integran, necesitan moverse. Los movimientos celulares pueden realizarse gracias a dos estructuras celulares de suma importancia: el citoplasma y el citoesqueleto.

Representación esquemática de una célula eucarionte que
muestra el núcleo y la disposición del citoesqueleto.


Como ya habrás visto en el video "El gran tour por la célula", de Amoeba Sisters, cada célula eucarionte está integrada por diferentes orgánulos u organelos. Dichos organelos se encuentran cuidadosamente organizados dentro del cuerpo celular, si no fuera así, la célula sería incapaz de realizar sus funciones correctamente. Es aquí donde el citoplasma y el citoesqueleto juegan un papel fundamental: por un lado, el citoplasma es aquella sustancia donde residen todos y cada uno de los organelos de forma organizada y, por otro, el citoesqueleto, como su nombre lo indica, es una especie de red que funciona como esqueleto de la célula, sirviéndole tanto de sostén como para brindarle movilidad.

Ahora bien, seguramente te preguntarás: “¿Para qué rayos necesita moverse una célula?” Pues para alguna que otra cosa importante. El movimiento celular es fundamental para llevar a cabo el desarrollo embrionario, la cicatrización de las heridas, la respuesta inmune y la formación de tejidos (Juárez y Palma, 2014, p. 81). Sí, sí, sí… del mismo modo que tú necesitas moverte para ir al cine con tus amigas y amigos, para ayudar a tu papá a cargar las bolsas del súper o para cambiar la llanta ponchada de tu coche o bicicleta, las células tienen también sus propios problemas que resolver. Ja.

¿Has comido alguna vez una paleta de caramelo con chicle en el centro? Bueno, pues imagina que es una célula y que el chicle es el núcleo, esto es, un organelo… todo lo que no es chicle, o sea, el caramelo, es citoplasma, y el palito de papel que sostiene a la paleta y la atraviesa es el citoesqueleto. Así de fácil. Bueno, considera que una célula tiene otros organelos además de núcleo, claro. 

Así como el caramelo es lo más abundante en la paleta, el citoplasma es el componente más extenso de la célula. Se le ha descrito como una sustancia acuosa y viscosa y en ella se encuentran no solamente organelos, sino moléculas necesarias para el mantenimiento de la célula. En cuanto al citoesqueleto, el palito de papel, ¿has notado que si lo muerdes o lo chupas demasiado se empieza a dividir en varias hojitas de papel que en conjunto forman el palito? Bueno, pues esta imagen te servirá para entender que el citoesqueleto está también compuesto por varios elementos: microfilamentos o filamentos de actina, microtúbulos y filamentos intermedios; estas estructuras están compuestas en su mayoría por actina, la proteína celular más abundante, y ayudan a la célula a desplazarse, contraerse y en el desarrollo de la citocinesis (más adelante hablaremos de esto).

IMPORTANTE: Si en algún lugar te topas con la palabra hialoplasma, no te asustes, es otro modo de nombrar al citoplasma… Y seguramente te encontrarás con la palabra citosol, esto no es más que un término utilizado para designar el ambiente acuoso del citoplasma, es decir, si excluimos todos los organelos que son delimitados por membrana nos queda el citosol, éste funciona también como un compartimento especializado pues en él se ubican los polirribosomas, unidades que sintetizan proteínas para uso celular.

Esperamos que esta entrada te haya sido de ayuda para entender las funciones del citoplasma y el citoesqueleto. Hasta la próxima.

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